lunes, 3 de noviembre de 2014

La adolescencia



La adolescencia, es una fase de tránsito, entre la infancia y la adultez. Durante la cuál, se producen cambios corporales importantes (transformación de la voz, vello púbico, crecimiento muscular, menstruación).  A la par,  que toda esta “metamorfosis” de su cuerpo, el adolescente lidia  internamente, con profundos movimientos emocionales y psíquicos.

Produciéndole mucha inestabilidad, puesto que desconoce lo qué le   está ocurriendo...Se siente en tierra de nadie, ya no es el niño que era, pero tampoco sabe quién es... Por lo que tendrá que ir construyendo su propia identidad, a través de numerosos avatares. De búsquedas, incertidumbre, rechazo, imitación, pero ante todo,.los intentos desesperados, de  poder perfilar su propio retrato, desde la autenticidad.

Sin embargo,  esta estabilización de la personalidad, no se logra sin pasar por un grado de conducta patológica, inherente a la evolución normal de esta etapa. Aberastury, lo define como “síndrome normal de la adolescencia”, Este proceso, será más o menos conflictivo,  dependiendo de cómo se haya ido construyendo psiquicamente, a lo largo de su recorrido vital. 

Esta  “patología normal del adolescente” se puede describir de la siguiente forma:
   -       Búsqueda de sí mismo e identidad.
   -       Urgencia ante los deseos presentes, con dificultad para la postergación.
   -       Rebeldía, buscando la autoafirmación.
   -       Tendencia a lo impulsivo, sin mediación del pensamiento.
   -       Fluctuación  del humor y estado de ánimo.
   -       Inestabilidad emocional, por momentos se siente confuso,ambivalente, desconcertado, sin saber el motivo.
   -        Replegamiento sobre sí mismo e ensimismamiento.
   -        Separación progresiva de los padres, a veces abruptamente.
   -        Tendencia grupal, dependencia con los amigos como referencia de identidad, necesaria para individualizarse.

A la par los padres, también tienen que adaptarse a la evolución del hijo, sabiendo que su lugar respecto a él es distinto, ya no hay tanta dependencia, pero es necesario estar presente y contener, en momentos delicados. Aceptar que el hijo está creciendo, buscando su lugar en la vida, el propio.

Cuando este proceso que hemos descrito como “síndrome de la adolescencia normal”, es muy complicado para el adolescente, le produce demasiado sufrimiento o manifiesta síntomas, es importante ofrecerle la ayuda de un profesional, para poder acompañarle. 


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