lunes, 2 de abril de 2018

Transitando urgencias



El sábado  por la mañana, de forma no prevista ni deseada, interrumpiendo las esperadas vacaciones, aterrizamos en  urgencias del Hospital Clínico Lozano Blesa.  Acompañaba a un familiar, mayor, cansado y desorientado. 
Tuvimos que esperar, había muchas personas para ser atendidas. Cuando les fue posible al equipo de profesiones, le hicieron las pruebas que consideraron pertinentes,  poco a poco. En el transcurso del tiempo que estuvimos ali, le fueron dando respuestas, un diagnóstico hipotético de lo que le podía ocurrir...Y como siempre, poner palabras, darle significado a lo que a uno le ocurre, calma, a él también. 
Esta atención, junto a un trato profesional, pero cercano (no sólo con lo que dicen, sino cómo lo dicen) usando un tono de voz de comprensión y ternura, ayuda a tolerar la incertidumbre, el sufrimiento, el salir de tu zona de confort, etc. ¿Qué más se puede pedir? 


Afortunadamente, uno se da cuenta, que todavía hay personas que trabajan por vocación y que los valores humanos -que tan en desuso están en nuestra sociedad- aquí, en los hospitales, donde hay tanto dolor, siguen en vigencia.