jueves, 3 de mayo de 2012

La verdadera amistad


La amistad es la relación reciproca, entre dos o más personas. Nos permite crecer juntos, compartir y descubrirnos mutuamente. Se centra en la esencia del otro, en ese cautivarnos por como es, no por sus puntos fuertes ni por  conveniencia. No importa si es alguien que hemos conocido hace poco y hemos conectado de manera especial o una amistad de toda la vida.

El buen amigo no anula, sino que potencia. Está presente, aunque esté lejos, porque lo sentimos a nuestro lado, tanto en los buenos momentos, cuando la vida nos sonríe, como en los malos y nos invade el dolor. Nos sentimos arropados por sus palabras, su mirada, su hacer silencioso, porque no necesita propagar a los cuatro vientos, lo bueno que es. Compartimos risas, lágrimas, conocimientos, consejos, secretos y lo más importante, su compañía. No es manipulador, envidioso, exigente ni agobiante, permite el espacio y provoca el encuentro.

En definitiva la amistad verdadera, no esa de apariencia, se asienta en unos pilares fundamentales, siendo difícil derruirlos cuando son verdaderos:
-  La sinceridad, expresando lo que realmente pensamos, porque nos sentimos comprendidos, sin    temores ni reservas.
 La empatía, comprendiendo lo que el otro siente y poniéndonos en su lugar, escuchando sus palabras y sus silencios, también.
- La autenticidad, sin trampas ni mascaras.
-   La incondicionalidad, tener la seguridad, que si nos necesitamos, vamos  a estar ahí.
- El amor, el cariño, esa sensación de buscarnos porque nos sentimos a gusto, disfrutando del calor y cuidado mutuo.

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