sábado, 23 de marzo de 2013

La decisión de separarnos..cuando tenemos hijos


Algunas parejas con hijos, conscientes de que una separación les va a repercutir enormemente, van postergando esta decisión. Sienten como el amor que una vez les unió, se ha escapado a hurtadillas por la ventana, el respeto también huyo con él, pero bueno… se  quedo la incomodidad, los reproches, la decepción y la tristeza.

Hay progenitores que se quedan paralizados en ese ambiente más conocido, no por ello más óptimo, justificando que lo hacen por sus hijos. Pero siento decirlo, flaco favor les hacemos, esto será una factura pendiente que tendrán que estar pagando “no me separe por vosotros, pero he sido tan infeliz”.  Qué precio más caro “se sacrifico por mi”, creando un sentimiento de culpa, conflicto de lealtades y de deuda, tremendos.

Podremos pensar todo esto, con la mejor intención, seguro…pero  no nos engañemos,  no es cierto.  Hace falta tener  valentía,  para mirarnos con la suficiente sinceridad y buscar dentro de nosotros. ¿Qué nos hizo quedarnos? A pesar, que a nuestros hijos, no les podemos ofrecer un ambiente en armonía, unos padres tranquilos, ni un modelo de pareja que se respeta y ama maduramente, con sus más y sus menos, pero con amor.

La estructura familiar va a cambiar, por supuesto.  Algunas mamas dicen entre lagrimas “yo quiero que mi hijo viva con su padre”, es cierto los hijos necesitan a ambos padres. Aunque no a costa de todo, la “carga” de  silencios forzados, las malas caras, la indiferencia rondando por todos los rincones, discusiones sin fin o en el peor de los casos, agresiones, viviendo en un caos continuo.  En el que se sienten muy angustiados, porque intuyen el ambiente enrarecido, de un hogar que es todo menos seguro y confiable,  esperando que en cualquier momento, se desate la tormenta.

Nuestros hijos ven nuestras actitudes, aunque las disfracemos de conformidad, siendo éstas  el caldo de cultivo, con que  se irán identificando y construyendo su personalidad, su forma de ser y de sentir el mundo, incluidas las relaciones.

José cuenta “mis padres discutían y yo me escondía en el baño, no podía soportarlo, pensaba: “¡qué paren por favor, qué paren ya”. Lloraba fuerte, intentando poner un freno al descontrol, que sus padres creaban. Esto hizo que poco a poco, fuese adquiriendo una actitud pseudoadulta y perdiendo su mundo de niño, para estar continuamente conectado con el “termostato” emocional de la familia, andando de puntillas, por si acaso.

María sumergida en el marasmo familiar y con unos padres que no se podían sostener, aprendió a no creer en  lo  que ellos le prometían, sintiéndose en tierra de nadie y con una visión de franca desconfianza ante las relaciones con los demás.

Sin embargo, si podemos ser honestos con nosotros mismos y si nuestra relación de pareja  está terminada, tomar la decisión de separarnos no desde la culpa, sino desde la madurez, quizás sea lo más adecuado. Aunque nos de vértigo al pensar, como reiniciar nuestra vida. Si somos capaces de sostenerlos, calmarlos y acompañarlos en este proceso, nosotros creceremos y ellos también, sabiendo que sus padres no están juntos, pero si cada uno presente desde su lugar.


            

sábado, 9 de marzo de 2013

El enamoramiento y el amor



Nos enamoramos, cuando conocemos a alguien y nos sentimos tan fascinados...que nuestras barreras caen. Nos invade una sensación  de plenitud y felicidad, en la que quiero compartir todo con esa persona. ¡Por fin, he conocido a alguien que me siento conectado! El mundo nos parece maravilloso y mi pareja perfecta. 
Pero este estado va decayendo poco a poco… Siendo necesario como transito, para poder construir algo mucho más profundo y solido ¡El amor!
¿He leído bien, construir? Si el amor, no es una sensación como el enamoramiento, en que todo surge y es ideal. El amor es tiempo compartido, es cultivar la relación. Dar y recibir, aceptarnos con nuestras virtudes y defectos. Discutir ¿por qué no? Somos diferentes y con opiniones distintas. 
Sólo, si despertamos de nuestro sueño de pareja ideal.  Podremos encontrar un caminar juntos... unidos por un proyecto común. Acompañarnos y disfrutarnos día a día.